Adiós...
Un corto trayecto en el ascensor da para mucho
Coge el móvil. Mira el reloj. Hora del telediario. Alcanza el mando. Pone la televisión. Se sienta inquieto. Siente la tensión. Mira la pantalla. Escucha al presentador. Pasarela de noticias. Desfile de titulares. Desgracias a mogollón. Terremoto en Turquía. Guerra en Ucrania. Incendio en Madrid. Corrupción en Málaga. Violación en grupo. Venganza entre bandas. Estafas a ancianos. Tiempo del tiempo. Ola de frío. Tiempo de deportes. Avalancha de fútbol. Liga de campeones. Despilfarro en fichajes. Caso Dani Alves. Prisión sin fianza. El Clásico 2023. Madrid y Barça. Lo de siempre. Cara a cara. Una auténtica cruz.
Apaga la tele. Enciende su fuego. Piensa en ella. Amor, dolor, rabia. La imagina llegando. Entrando al ascensor. Subiendo con él. A su lado. Doblada a cuchilladas. Con tres embistes. En la ingle. Por su marido. En el vientre. Por su hija. En el corazón. Por él mismo. Su vecino enamorado. Entonces tendrá paz. Paz y calma. Calma y justicia. Justicia y condena. Condena y ejecución. La cadena perfecta. Perfecta y conclusiva. Como su adiós.
Abrazados en otoño. En el parque. A las tres. Con el sol. Su enésima cita. Enésima y última. La del adiós. Adiós de ella. La adultera arrepentida. Desgarro de él. El amante abatido. Ruptura de pareja. Muerte de dos. Él en vida. Ese mismo día. En el parque. Ella de verdad. Acorralada hoy mismo. En el ascensor.
La espera escondido. Dentro del portal. Tranquilo y seguro. Sereno y convencido. Sin remordimientos tramposos. Sin ninguna compasión. Ella aparece sola. Con demasiadas prisas. Lo descubre sorprendida. Nerviosa y aturdida. Agitada y miedosa.
Él la saluda. Desde la escalera. Sonriendo a traición.
—¿Cómo estás, Elvia?
Ella le contesta. En el ascensor. Con gesto incómodo.
—Bien. ¿Y tú?
Pulsan los dos. Al mismo tiempo. Dos dedos apretando. En mismo botón. El del dos. Retiran las manos.
—Adiós… adiós… adiós… —susurra él despacio.
Ella no responde.
Ya está muerta.
¿O quizás no?
¿Qué crees tú?